HECTOR GAMIN CONTRERAS
Reflexiones de Martin Luther King
Te invitamos a leer unas reflexiones del pastor Martin Luther King, que bien pueden aplicarse a cualquier otro tipo de discriminación, como la homofobia. Por eso nos hemos tomado la libertad de hacer unos cambios que indicamos entre comillas.
Texto 1.
"Supongamos que uno de vosotros tiene un amigo, y que a medianoche va a su casa y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque otro amigo mío acaba de llegar de viaje a mi casa y no tengo nada que ofrecerle" (Lc 11, 5-6).
Cuantas personas han experimentado decepciones similares cuando a medianoche han llamado a la puerta de la Iglesia. Millones de "homosexuales", llamando pacientemente a la puerta de las iglesias cristianas para obtener el pan de justicia social, han sido totalmente ignorados o les han contestado que eso se alcanzaría más tarde, cosa que significa nunca. Millones de "homosexuales", famélicos del pan de la libertad, han llamado muchas veces a la puerta de las iglesias llamadas "de todos", pero han estado acogidos generalmente con una fría indiferencia o una evidente hipocresía. Hasta los dirigentes religiosos heterosexuales, que tienen un profundo deseo de abrir las puertas y distribuir el pan, a menudo se muestran más prudentes que valientes y con una tendencia a escoger el camino del expediente más que de la moral. Una de las tragedias más vergonzosas de la historia es que la institución que precisamente debería sacar al ser humano de la oscuridad de la noche de la "homofobia", coopera a crear y perpetuar dichas tinieblas.
Texto 2.
Os querría instar a que dieseis prioridad a la búsqueda de Dios. Haced que su espíritu penetre vuestro ser. Para responder a las dificultades y a los retos de la vida, lo necesitaréis. Antes de que el barco de vuestra vida atraque en el último puerto, habrá largas tempestades, vientos huracanados y mares tempestuosos que helarán vuestro corazón. Si no tenéis una fe profunda y paciente en Dios, seréis impotentes para enfrentaros a los atrasos, desengaños y vicisitudes que inevitablemente se producen. Sin Dios, todos nuestros esfuerzos se convierten en ceniza, y nuestros amaneceres son negras noches. Sin Él, la vida es un drama absurdo en el que faltan las escenas decisivas. Pero con Él podemos levantarnos por encima de los valles hacia alturas sublimes de paz interior y encontrar, contra la oscuridad de las noches más deprimentes de la vida, radiantes estrellas de esperanza. San Agustín tenía razón: Nos habéis creado para Vos, y nuestro corazón no descansará hasta que en Vos repose.
Texto 3.
Cristianos "homosexuales", os tengo que decir lo que escribí hace años: No os acomodéis al modelo de este mundo, sino transformaros para una renovación del espíritu. Tenéis una ciudadanía doble. Vivís al mismo tiempo entre el tiempo y la eternidad. Vuestra lealtad más alta, la debéis a Dios, y no a las costumbres de la gente, "la Iglesia", del Estado o la nación, o cualquier otra institución humana. Si una institución terrenal o una costumbre entra en conflicto con la voluntad de Dios, vuestro deber cristiano es oponeros a él. Nunca tenéis que permitir que las exigencias transitorias, evanescentes, de las instituciones que el hombre ha creado tomen ventaja sobre las exigencias eternas del Dios todopoderoso. En un tiempo en el que los hombres traicionan los altos valores de la fe, debéis aferraros a ellos, y, a contracorriente de la presión de una generación que le es ajena, preservarlas para los que todavía han de nacer. Debéis estar dispuestos a desafiar costumbres injustas, a haceros partícipes de causas impopulares y a boicotear el status quo. Sois llamados a ser sal de la Tierra. Debéis ser la luz del mundo. Debéis ser la levadura activa en la masa del mundo.
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